15 enero 2010

El metro...



Fue un día tal como el de hoy, me desperté con la sensación de que me debía algo, no se una sensación extraña, intente recordar que había estado soñando, para saber a que achacarle ese estado de animo, pero no recordaba nada, aunque sabia que había soñado algo...

Mire el despertador y eran las ocho y media!!, no me iba a dar tiempo de llegar... así que me metí en la ducha a toda prisa, y tome el primer vestido del armario, era un vestido de tirantes, abotonado, verde nácar asesinado, me lo puse sin apenas secarme, con la piel húmeda ni siquiera ropa interior, y unas sandalias de tiras entrecruzadas y anudadas a media pierna, tan solo olor a jabón y unas pequeñas gotas de agua de jazmín eran mi atuendo. Sin siquiera desayunar, me dirigí a tomar el metro, cosa poco frecuente en mi, ya que prefiero ir en bici, “cosas de ecología y respeto al medio ambiente...”, pero debía llegar lo antes posible...

Cuando baje por las escaleras de la boca del metro, me percate de que llevaba el vestido abrochado hasta mi entrepierna, pero decidí que ya me lo abrocharía... Estaba llegando el vagón principal al yo llegar, así que tuve suerte de no tener que esperar, aunque habíamos muchas personas en la misma estación y estaba bastante abarrotado, encontré un buen sitio sin demasiados codos ni empujones...


Esa mañana fue un tanto... especial, al llegar a la siguiente estación, ya estábamos muy abarrotados pero seguían entrando pasajeros, me gire para hacer algo de sitio y me fije que cerca de mí había un joven de mi edad, observándome, era un chico apuesto, vestido de chaqueta de tono azul medio, camisa blanca, y una corbata gris azulada, se que se había fijado en que no llevaba sujetador, y de que llevaba el vestido tentadoramente desabrochado...

Otra parada, otra estación, otra bandada de personas entrando a trompicones y empujando, cuando empujado por la gente él se coloco delante de mí, extendió los

brazos uno a cada lado de mí para protegerme de empujones... y nos rozamos levemente... pero nos separamos instantáneamente... hacia calor, y con tanta gente el aire se volvía denso, y muy cálido... otra estación, mas gente, mas empujones, y él y yo, rozándonos cada vez mas intensamente, chocándonos... cada vez mas... él llevaba la chaqueta desabrochada, el calor hacia el momento extraño, al parar volvimos a chocar, mis pechos contra su pecho, mis pezones levemente dibujados sobre el vestido tomaban forma cada vez que nos rozábamos, era morboso el hecho de que sus pantalones llamaron mi atención, ya que tomaba su entrepierna proporciones excitantes, se puede decir que estaba empalmado... Él me miro con esa cara de corderillo a ser degollado, como pidiendo perdón por algo que no podía evitar... Su expresión me robo una sonrisa, entre un “no te preocupes, lo entiendo” y un “espérate que como sigas así...” ... no se porque lo hice, pero entre la excitación de llegar tarde, el calor, él, sus proporciones... me sentía excitada, juguetona, quería saber hasta donde seria el capaz de llegar, pero me mordí el labio inferior saboreándolo, a ver como reaccionaba... entreabrí con descaro sutil mis muslo como incitándole a pasar... y el con cierta confusión metió su muslo entre mis piernas y comenzó a rozármelas... yo comencé a jugar, a moverme contra su pierna, acariciando mi entre pierna con ella... era una gozada entre tanta gente y yo y él excitándonos.

Sé que él estaba alucinado, y creo que yo tambien. lo estaba, nunca pensé llegaría a ese estado, a desearlo...
...
Estaba tremendamente excitada cuando note como bajaba su mano a mi pecho, con disimulo, rozando el pezón erecto, duro, ... yo hice lo mismo, baje una mano, la metí en su entrepierna para encontrar su sexo, abriendo la mano y acariciándole arriba y abajo su imperioso deseo, mi ambición aprisionada, erecta... ¿Y porque no? Éramos dos solitarios en medio de la nada rodeados de gente en sus quehaceres, nadie se había percatado de nosotros, así que decidí bajarle la cremallera y tocar sexo, deseaba que él gozara tanto como yo, cuando mis dedos entraron en contacto con su pene note espasmos seguidos, sus venas hinchadas a rebosar, su sexo hervía entre mis dedos, pensé iba a eyacular y presione bajo su glande para retraerlo, le mire y le sonreí para tranquilizarlo, el agacho la cabeza y me beso. Le mordí sus labios y su lengua, mientras mi mano seguía acariciando su sexo, su deseo...

El bajo su mano a mi entrepierna y la acaricio, yo la abrí levemente para que le fuera fácil tocarme, sé que se sorprendió al notar que no llevaba braguitas... rozo mis labios mojándose de mi flujo, buscando mi vagina para introducir sus dedos y mojarlos bien para luego excitar mi clítoris...era tan atento, tan tierno... mmm... me tenia a su merced. Cuando subió su mano húmeda y me acaricio los labios, introduciendo sus dedos en mi boca par saborearlos... estaba a punto de estallar de ansiedad y la lo sabía...

Nadie se daba cuenta, pero el olor a sexo entre nosotros si se notaba... yo estaba muy excitada, necesitaba que él me penetrara, solo el hecho de pensarlo, de notar su sexo en mi sexo... dios era tan excitante... tan, tan, tan... que le mordí la chaqueta en un orgasmo por no gemir y que me oyeran, mi flujo chorreaba entre sus dedos, por su muslo, por mis muslos... mmm..... me resistía a chillar, en ese momento hubiera gritado hasta dejar sordo el metro entero... sudábamos mi piel parecía recién salida de la ducha...

Él al no poder mas tomo su pene en sus manos y me miro, sus ojos eran hogueras, deseos... yo asombrada abrí mas mis piernas y él la metió entre ellas buscando encajar en mi, deslizándose entre mi flujo su glande palpitando, dilatado, hambriento... mis caderas facilitando su entrada, sus venas rozando el las paredes de mi vagina ... se me escapaban alientos, suspiros, fuegos... cuando llegamos al orgasmo un metro en dirección contrario disimulo nuestros gemidos... los dos deshechos de fuerzas, recobrando alientos... unos minutos... mi estación... el arreglo su indumentaria y yo hice igual... paro el metro y entre un amasijo de gente me dirigí a mi destino... llegue 10 minutos tarde, los 10 minutos mas orgásmicos de mi vida...

 Mar Sánchez©

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Cuéntame al oido...